Por fin ha comenzado a llover. Para nuestro jardín es una bendición y más si lo sabemos aprovechar como es debido.
Aquí es donde entran en juego aquellos pequeños detalles que si los hemos tenido en cuenta a la hora de planificar nuestro riego pueden hacer que este sea mucho más eficiente. Como habréis adivinado me estoy refiriendo a los sensores de lluvia y de humedad.
Pensad en la cantidad de veces que hemos visto llover durante en buen rato y el mismo día o el día siguiente hemos visto los riegos funcionando. No sabéis la cantidad de agua, abono y plantas que se pierden por el mero hecho de no tener un sensor de lluvia o de humedad. Porque tener en cuenta que no solo estamos tirando agua, que es un bien muy escaso y valioso, sino que si acabamos de abonar y llueve algo del abono se lleva la lluvia, pero si además regamos no le damos tiempo al terreno de absorver los nutrientes y más que echamos a perder. Otro tanto sucede con las plantas o el césped. Si llueve nuestro jardín lo va a agradecer ya que absorverá todo el agua que necesite, pero si además regamos le estamos aportando más agua de la que la planta es capaz de absorver y podemos pudrirla por exceso de agua o generar escorrentías en el terreno.
Esto que parece obvio no lo es tanto por el hecho de que no estamos lo suficientemente concienciados con la escased de agua. Muchas veces en vez de tocar la fibra medioambiental lo que hay que tocar es el bolsillo y es ahí donde más personas se dan cuenta.
A nivel residencial no somos capaces de verlo ya que los consumos de agua no son abultados económicamente.
A nivel de jardines públicos tampoco ya que la mayoría de los mantenimientos públicos no pagan el agua que consumen. En estos casos hay que abogar por el coste político de las quejas que tenemos que hacer a nuestro ayuntamiento por tener funcionando el riego cuando ha llovido. Recordar que los jardines públicos no pagan agua porque somos los ciudadanos los que ya pagamos el canon del agua. Cuanta más agua tiren ellos más nos subirán los impuestos a nosotros para pagar el desfase entre el agua consumida y la que se ha pagado.
Donde si se ve la utilidad de este tipo de sensores es en aquellos riegos que además de estar bonitos tienen que ser eficientes económicamente. Me estoy refiriendo a campos de golf, parques de atracciones o complejos hoteleros por poneros algunos ejemplos. El consumo de agua que tienen este tipo de instalaciones es brutal y por lo tanto os podéis hacer una idea de los ahorros que pueden conseguir al tener este tipo de sensores que contrariamente a lo que piensa la gente no son tan caros.
Si a esto le unimos el coste de la electricidad de hacer trabajar las potentes bombas que mueven los riegos en este tipo de instalaciones nos haremos una idea del por qué ellos si ven rentable el instalar sensores de lluvia y humedad.
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